¿Cómo afecta el chupete al desarrollo de la boca de los niños?

¿Cómo afecta el chupete al desarrollo de la boca de los niños?

En torno a cómo afecta el uso del chupete al desarrollo de la boca de los niños han circulado muchos rumores en los últimos años. ¿Puede su uso provocar malformaciones permanentes? ¿Es mejor que se chupen el dedo? ¿Cabe la posibilidad de que una mala salud bucodental adulta sea consecuencia del uso del chupete?

 Lo primero que hay que destacar es que los pequeños, durante los años iniciales de su vida, sienten una necesidad instintiva de chupar cualquier cosa. Esto se debe a que asocian esta acción a la alimentación y, por lo tanto, a la supervivencia, incluso cuando han comido lo suficiente y están saciados. Por lo tanto, los niños de cortas edades siempre van a sentir esa pulsión de llevarse cualquier cosa a la boca.

El uso del chupete ayuda a calmar esa necesidad, pero ¿puede tener consecuencias negativas en el futuro del pequeño? Como casi cualquier otro aspecto de la vida, es el abuso y no el uso del chupete lo que puede ocasionar problemas. A raíz de los rumores que circularon en torno a este objeto infantil se desarrollaron varios estudios que evidenciaron que hasta los tres años las posibles malformaciones que pueda provocar son reversibles y, por lo tanto, no tendrán consecuencias negativas en su vida adulta.

Beneficios del chupete

De este modo, durante los dos o tres primeros años de vida del niño el uso del chupete no supone un riesgo para la salud bucodental del adulto en el que se convertirá. A pesar de ello, los expertos señalan que el grado de madurez de los pequeños varía en cada caso, por lo que lo ideal es consultar al dentista para que evalúe al infante y decida cuándo es el mejor momento para retirárselo.

Por otra parte, los beneficios del uso del chupete son varios. En primer lugar, es mucho mejor a que se chupe el dedo, puesto que, por lo general, este objeto infantil suele estar más limpio. Además, al no controlar aún su fuerza y movimientos, el pequeño podría dañarse tanto la boca con el dedo como el dedo con las encías. Asimismo, chuparse el dedo puede provocar problemas en la alineación dental.

El chupete también es beneficioso porque calma la ansiedad de los pequeños y previene la muerte súbita.

Por lo tanto, pese a que su uso debe limitarse hasta los tres años aproximadamente -después de esta edad las malformaciones sí pueden ser permanentes-, el chupete es un objeto que ayuda al pequeño a estar más calmado al saciar su inclinación natural a succionar y es mucho más recomendable que dejar que se chupe el dedo.