Conforme envejecemos la capacidad de nuestro cuerpo para regenerarse y defenderse de amenazas externas se resiente. La salud bucodental no es una excepción y, de hecho, la prevalencia de enfermedades y problemas bucales es mucho mayor en personas mayores que en adultos jóvenes.
En este sentido, un estudio de la Universidad de Connecticut (EEUU) ha revelado que el riesgo de sufrir periodontitis -una de las infecciones bucales más graves que se pueden dar en la boca, que daña el tejido blando de las encías, destruye el hueso que sostiene los dientes y puede llevar a la caída de la pieza- aumenta exponencialmente con la edad. Este tipo de infecciones, además, hacen que las bacterias que las provocan pasen a la sangre al atacar las encías, por lo que se pueden extender por todo el cuerpo provocando nuevos problemas o agravando otros ya existentes.
A pesar de que la edad es un factor decisivo para el incremento de la debilidad de nuestra boca, hay entre los adultos mayores grupos de riesgo para los que aumenta el peligro de contraer enfermedades bucales: los pacientes con diabetes y los que sufren algún tipo de demencia. En estos casos, las medidas para controlar la higiene y salud bucodental se deben redoblar.
Por todo esto, las personas mayores deben prestar mucha atención a su boca y seguir determinados hábitos para asegurarse de que todo marcha bien. Lo fundamental para mantener una buena salud bucodental a cualquier edad es una correcta higiene: cepillado al menos dos veces al día, uso de seda y limpieza dentales cada seis meses. En el caso de estos adultos también es recomendable que acudan al menos dos veces al año a su dentista para hacerse revisiones bucales.
Además, es imperioso que los adultos mayores dejen de fumar si quieren mantener una buena salud bucodental. El tabaco es malo para la boca a cualquier edad, pero es mucho más nocivo con el paso de los años dada la debilidad progresiva que va experimentando nuestro organismo con el envejecimiento.
Para tratar de prevenir posibles problemas o atajarlos en sus primeras fases, cuando es más sencillo curarlos, es recomendable que las personas mayores se revisen a diario su propia boca. El objetivo es detectar cualquier alteración que se salga de lo normal, como llagas que no se curan o enrojecimiento prolongado de las encías, y consultarlas cuanto antes con su dentista.
Boca seca
Un problema que suelen experimentar de forma habitual las personas cuando envejecen es el de la sequedad bucal. Esta se puede dar por múltiples motivos, como la ingesta de determinados medicamentos. Se trata de un contratiempo que, además de incómodo, puede contribuir a la aparición de enfermedades bucodentales. Ya que la saliva es fundamental para la eliminación de bacterias.
Por lo tanto, si experimentamos una sequedad de la boca inusual y prolongada en el tiempo, es recomendable acudir al dentista para que nos proporcione una solución adecuada.